Por Gastón Melo.
La mexicanidad es dinámica y las ideas que hoy inspiran a México están animadas de nuevos factores.
I. Necesitamos un México razonado, pensar México para hacer un mejor país, la crisis es una oportunidad para repensar la nación y, sus metas y sus compromisos, su integridad también.
II. México es generoso porque nos da existencia, porque desde su territorio me ofrece alteridades que me obligan a dialogar y comprender empatías y emociones conjugadas. México nos crea una gran cantidad de referentes fuertes que si los hacemos comunes definen definen la Nación.
III. México es abundante porque no se agota, más lo conocemos y más crece, abunda en él una humanidad plural. Si bien la historia ha hecho insensibles sus extremos, asumirlos implica la expresión productiva de la voluntad.
IV. México es distinto y distinguido porque hay diferencias en México, porque internamente somos diferentes y al mismo tiempo nos reconocemos. Si nos atendemos, llegaremos a sentirnos distinguidos con esas diferencias. México en este sentido necesita un esfuerzo para entender el ser de lo que es. Un poco de coquetería no viene mal.
V. México tiene orgullo, debemos reaprender a mirarnos ponderadamente así. Del casi olvido de los valores y de los referentes renace el orgullo, la identidad en que podemos reconocernos.
VI. México es caliente porque está atento, porque sabe reaccionar, porque es bravío y porque sabe dialogar con el calor y trabajar en él, creando su propia sombra con sombrero ancho. Mira su pueblo al sol y está chapeado como sus personas de la montaña y sus pescadores que vuelven por la mañana. Como los estudiantes a quienes emociona el conocimiento y un día, un día se chapearán sus políticos con la emoción de lo logrado.
VII. México es húmedo, también le mojan sus costas, sus ríos y sus lagos. Sus arroyos y cenotes humedecen la piel y la humedecen las presas que sus personas de ingenio han construido. México es húmedo porque ama y endiosa a la lluvia, es húmedo porque es joven aún aunque haya madurado un poco. Nacemos húmedos todos y los viejos se secan, México tiene la oportunidad de su juventud.
VIII. México es fuerte porque resiste, pero aún no se ha probado en su persistencia. Ya ha aguantado todas las ideologías, todo su espectro. Ahora México debe ser fuerte para creer en sí y porque puede crear una idea del ser, del ser mejor, del ser mexicano. México será fuerte cuando quiera mostrar su fuerza, esa que habrá de construir y ha tenido que aguantar pero ahora quiere salir y mostrar… México quiere mostrar. Porque hay cosas que le duelen y a las que se ha sobrepuesto. Empeñar una generación es el reto, una bastará.
IX. México está solo, solo, nadie hoy le acompaña, por eso debemos apapacharlo, cuidarlo, quererlo y ser con él. Los mexicanos debemos mexicanizarnos. México es moreno, es indio, es negro y es blanco, pero todos debemos exponernos al mismo sol. Durante muchos años México ha estado secuestrado por sus propios males, su mal industria y su mal gobierno, su mala sociedad que distancia y que divide. Hay mucho daño hecho, hay mucho que perdonar para sobreponerse. Si queremos país, tengámoslo. México así dejará de estar solo cuando comencemos a generar fratrías que hasta hoy han sido improbables.
X. México es añoso porque no nos cocinamos al primer hervor, en México el arroz ya se coció: porque como decía Neza, como pintura nos vamos borrando porque no para siempre aquí, sólo un poco aquí… porque las piedras son viejas y los cerros también. Las miradas los han envejecido y les han dado nombre. México tiene los años del olvido que nos cuesta trabajo ver porque está lleno de sombras. Han pasado hartos años y hartos cambios y hartas historias se han contado y porque allí desde el hartazgo se han hecho las madejas con las que ahora hay que tejer. México esta harto de estar harto y por eso los mexicanos lo tenemos que levantar…
A México le falta algo, una península tal vez, que le dé forma de alacrán: si Florida y California estuvieran patas pa’rriba, México sería un alacrán y como dice Cortázar…»el alacrán clavándose el aguijón, harto de ser una alacrán, pero necesitado de alacranidad para acabar con el alacrán… (Rayuela, capítulo 28). Nos hace falta absorber el veneno que hemos generado los mexicanos y avanzar hacia el país mejor de un nuevo sol.