La gentrificación en CDMX es una de las problemáticas urbanas más controversiales de los últimos años. A raíz del auge del trabajo remoto y el crecimiento del turismo, la llegada masiva de extranjeros —en su mayoría jóvenes estadounidenses— transformó radicalmente la dinámica de muchas colonias tradicionales en la Ciudad de México.
Aunque este fenómeno podría parecer una consecuencia lógica de la globalización, sus efectos provocaron tensiones profundas en la vida cotidiana de los capitalinos, generando debates intensos sobre el acceso a la vivienda, el respeto a la cultura local y la identidad nacional.

¿Cuándo empezó la gentrificación en México?
Aunque la gentrificación en CDMX no es un fenómeno nuevo, su aceleración es notoria desde la pandemia de COVID-19. A partir de 2020, el auge del trabajo remoto permitió a muchos trabajadores internacionales mudarse a ciudades más asequibles, como la Ciudad de México.
La combinación de conectividad digital, costos de vida más bajos y una oferta cultural vibrante convirtió a la capital en un destino ideal para miles de jóvenes, especialmente de Estados Unidos.
Sin embargo, este movimiento migratorio coincidió con una crisis estructural de vivienda que México arrastra desde hace más de dos décadas. Las políticas públicas orientadas al desarrollo inmobiliario, sin una regulación adecuada, facilitaron que muchas propiedades se destinaran a alquiler temporal mediante plataformas. Esto redujo la disponibilidad de vivienda accesible para los habitantes locales y provocó una competencia desigual en el mercado de rentas.
La gentrificación en CDMX se consolidó como problema social a partir de 2023, cuando organizaciones vecinales y colectivos comenzaron a denunciar públicamente sus efectos. En 2025, la situación alcanzó un punto crítico con manifestaciones masivas en colonias como Roma y Condesa. Los manifestantes exigieron al gobierno medidas urgentes para frenar el alza descontrolada de los precios y garantizar el derecho a la vivienda digna.

Consecuencias de la gentrificación en México
La gentrificación en CDMX no es simplemente un cambio estético ni un incremento pasajero en los precios. Sus consecuencias son estructurales y afectan directamente a miles de familias mexicanas. Uno de los principales impactos ha sido el aumento acelerado en los precios de los alquileres, especialmente en zonas como Roma, Condesa, Centro Histórico, Juárez y Coyoacán. De acuerdo con EFE, las rentas se han duplicado en menos de un año.
Este fenómeno ha llevado al desplazamiento forzado de los habitantes originales hacia el Estado de México, debido a la imposibilidad de seguir pagando precios inflados en sus colonias de origen.
De hecho, seis de cada diez personas en la capital viven actualmente en condiciones de hacinamiento, y el 75% de los derechohabientes originarios de la CDMX han ejercido sus créditos de vivienda fuera de la ciudad desde 2010.
Además del impacto económico, la gentrificación en CDMX provocó la desaparición de negocios locales, sustituidos por cafeterías, boutiques y alojamientos temporales enfocados al turismo internacional o a residentes temporales. Colonias con una identidad cultural rica y diversa se están convirtiendo en escenarios más alineados con una estética global que con la tradición mexicana.
A este contexto se suman diversos casos de violencia simbólica o directa por parte de algunos extranjeros. Aunque no representan a toda la comunidad extranjera residente, han causado un profundo malestar.
Casos como turistas orinando en espacios públicos, extranjeros expulsando a trabajadores mexicanos de banquetas o agrediendo verbalmente a autoridades y empleados han amplificado la percepción de falta de respeto hacia la cultura local. Estos episodios han contribuido al creciente rechazo social hacia ciudadanos extranjeros en barrios gentrificados.
¿Dónde hay más gentrificación en CDMX?
Las zonas más afectadas por la gentrificación en CDMX son aquellas que históricamente han tenido alto valor cultural, arquitectónico o turístico. Algunas de las más señaladas incluyen:
- Colonia Roma y Condesa: son los principales epicentros del fenómeno, sus calles arboladas, arquitectura porfiriana y vida nocturna las han convertido en zonas de alto interés para extranjeros. En estas colonias, los precios de renta y consumo se han disparado.
- Centro Histórico: aunque mantiene una importante actividad comercial tradicional, cada vez más edificios se rehabilitan como alojamientos temporales o lofts para visitantes internacionales.
- Coyoacán y San Ángel: barrios con fuerte carga cultural e histórica que han experimentado aumentos sustanciales en las rentas y cambios en la oferta comercial.
- Polanco: considerada como una zona de clase alta, también ha vivido procesos de gentrificación vinculados al turismo y al mercado de lujo.
Mexicanidad y resistencia frente al despojo urbano
En este contexto, la gentrificación en CDMX es interpretada por muchos como una forma moderna de despojo urbano. La pérdida del territorio, la cultura y la vida barrial se siente como un ataque directo a la identidad.
Sentirse mexicano, hoy, implica resistir. Resistir a ser expulsado de tu hogar. Resistir a ser convertido en espectador de tu propio barrio.