Chloe Campero es una joven y talentosa maestra en Comunicación por la Universidad McGill y licenciada en Relaciones Internacionales (especializada en Geopolítica) por la Universidad Nacional Autónoma de México. Es una facilitadora de espacios de aprendizaje transformativos, cultura organizacional e innovación en diversas comunidades como el Centro de las Artes Indígenas (CAI), el Encuentro de Voladores del Festival de la Cumbre Tajín y, la Casa de Medios de Difusión y Comunicación del CAI. Asimismo es gestora de proyectos culturales y turísticos. Actualmente es curadora artística del festival Páayt’aan, que se llevará a cabo en marzo de 2022 en Izamal, Yucatán.
Maestra Chloe, usted ha estado en la gestión de importantes festivales como Cumbre Tajín, ¿cómo siente estar nuevamente en la realización de otro festival internacional como Páayt’aan La Cita?
Me siento muy agradecida, he vuelto a casa, nuevamente puedo desarrollar mis habilidades y gustos. Páayt’aan es un nuevo espacio para que se creen nuevos productos y experiencias culturales, en este caso de la cultura maya de Yucatán; un estado con otros pueblos, otras prácticas culturales, otras maneras de entender la vida, las relaciones interpersonales, de comprender los patrimonios que hay en dicho territorio. Una oportunidad renovada que cambia la mirada, la perspectiva para tejer encuentros novedosos que echarán raíz y pertenecerán al pueblo de Izamal.
Con tanta experiencia cultural y turística, ¿por qué decidió curar y promover la gastronomía yucateca y maya del festival?
El patrimonio gastronómico tiene una gran importancia y para mí tiene un gran valor el patrimonio intangible, el cual, muchos años antes, trabajé con el pueblo totonaca. El patrimonio gastronómico es en realidad un patrimonio biocultural, es lo que la tierra nos ofrece en una forma única. Por ejemplo, un chile habanero xkatic no se encuentra con ese sabor y esas características fuera de Yucatán, nunca va a ser igual en otro lado. Este patrimonio se integra a la gastronomía, de aquí mi fascinación por dar visibilidad a estos patrimonios bioculturales y cómo éstos se incorporan a la cocina del día a día en las familias, así como también su interpretación en la cocina de autor y la creación de nuevos platillos. Finalmente, son patrimonios que pertenecen al pueblo de Izamal, a Yucatán y a la humanidad porque develan la relevancia de los ecosistemas; aclaro la idea: los chiles de Yucatán han podido ser una especie exitosa y se han podido reproducir gracias a unos polinizadores, los cuales no se enchilan y llevan las semillas a otros lados donde también éstas nacen, crecen, se desarrollan y reproducen. Cuando me dijeron que curaría la gastronomía izamaleña y yucateca, el corazón me latió a un ritmo vertiginoso, lo que nos llevamos a la boca diario es un milagro de la naturaleza, cada producto tiene un sabor único por la tierra que lo formó. Salvaguardar este patrimonio biocultural e irrepetible es reconocer un patrimonio de la humanidad.
Además de la curaduría artística en relación con la gastronomía, ¿qué aprendizajes culturales previos ha aplicado en la organización de Páayt’aan La Cita?
La gran importancia de regresar a la raíz, dialogar, colaborar y nutrirse de las comunidades -en este caso, la comunidad maya de Izamal y su conocimiento que se hereda de generación en generación- para tejer relaciones, comprender nuevas cosas, que nos transformemos en esta experiencia. Quiero que cuando salgamos de Páayt’aan no seamos los mismos, que nos vayamos con el corazón lleno de agradecimiento y alegría. Este festival se puede seguir replicando, se puede realizar todo el tiempo generando experiencias culturales y turísticas en manos de la población local.
¿Cuál ha sido su mayor reto en el festival?
Estoy conociendo un nuevo contexto cultural, agradezco enormemente a la comunidad izamaleña, a los habitantes de Yucatán en general, todo esto representa como gestor cultural un desafío que toma su tiempo: deconstruir todo, otra vez hay que leer a las personas, sus prácticas, sus formas de relacionarse, de pedir las cosas, de proponer, de imaginar. Este ha sido mi mayor reto, quisiera hacer las cosas más rápido, pero las relaciones humanas se llevan su tiempo.
Por otro lado, iniciar desde cero un festival de esta magnitud es muy complejo, ya se me había olvidado la adrenalina pues inicié con Tajín hace 18 años.
Por último, ¿qué legado quiere dejar en los asistentes de Páayt’aan La Cita?
Quiero que los asistentes regresen a casa con una mirada fresca y renovada, con el corazón lleno de asombro y gratitud por entender el valor de los encuentros humanos. Quiero que la gente dé valor al patrimonio biocultural originado por un ecosistema a través de una experiencia sensorial que llamamos «el universo de la gastronomía maya»; que cuando la gente se tome un té de ramón con lima o un té de chaya con lima reconfigure su mente y sus sentidos y deje a un lado las bebidas artificiales elaboradas industrialmente. La naturaleza nos da todo y es riquísimo. Asimismo me gustaría que la gente le dé valor a los cultivos, a los exquisitos y únicos productos que obtenemos del campo, a valorar el tiempo que le toma al campesino y su familia. K’ooben busca tocar los corazones y los paladares, si logramos esto me doy por bien servida.
⇒ En Páayt’aan La Cita, toda la curaduría gastronómica estará a cargo de Chloe Campero, ¡disfruta y valora el patrimonio biocultural que Izamal tiene para ti!⇐
Que interesante y necesaria labor, gracias por crear estos espacios culturales que nos permiten sentirnos personas orgullosas de México por su riqueza y diversidad de culturas y formar de estar, sin duda los pueblos originarios siguen y seguirán siendo maestros para conectarnos con nuestra raíz: la Madre Tierra.
Me quedo con esta frase: «lo que nos llevamos a la boca diario es un milagro de la naturaleza, cada producto tiene un sabor único por la tierra que lo formó. Salvaguardar este patrimonio biocultural e irrepetible es reconocer un patrimonio de la humanidad». Me hace tomar conciencia de lo poderosa y valiosa que es la gastronomía.
¡Felicidades Chloe Campero! qué bonito trabajo, mucho éxito a ti y a todo el pueblo de Izamal!
¡¡Extraordinaria entrevista!!! Chloe Campero es una extraordinaria gestora cultural, un ser humana generosa, entregada, guerrera y con profundo amor por México. Felicitaciones para ella
«deconstruir todo, otra vez hay que leer a las personas, sus prácticas, sus formas de relacionarse, de pedir las cosas, de proponer, de imaginar.» me quedo con esa frase para llevar en mi corazón 😃
Hermosa entrevista Chloe!!! eres grande amiga! amo saberme cerquita de gente tan interesante y bella como tú. Que la vibra del Páayt’aan te llene de alegrías y de oportunidades nuevas para continuar con tu hermosa labor!
Creo que Izamal , ese bello pueblo, le apostó a una excelente profesional en el rescate del patrimonio biocultural.
Felicidades a Izamal y a Chloe Campero por su sensibilidad , seguro será un evento muy exitoso.
El universo gastronómico Maya , tiene una gran persona sensible y espiritual digna de representación, estamos seguros del éxito que vendrá al pasar el tiempo , en hora buena para Izamal .